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  • gmsboadilla

IMPROVISACIÓN O PLANIFICACIÓN

La Comunidad de Madrid creó en junio un caos educativo al pasar a junio las recuperaciones de septiembre estrenando el cambio de calendario  que lleva aparejado unas medidas improvisadas.


El modelo educativo que arrastra consigo el "Plan Bolonia" llevó hace  unos años a algunas comunidades autónomas a adelantar las convocatorias de ESO y Bachillerato de las llamadas recuperaciones, que se venían haciendo en septiembre,  al mes de junio. 

La Comunidad de Madrid se sumó este curso escolar tanto en ESO como en Bachillerato y todo se tradujo en un caos, principalmente por las dos semanas que quedaron en el aire en el calendario desde que por estas fechas acababa el curso como tal, hasta que a finales de mes tenían lugar los exámenes extraordinarios. El pasado 8 de junio se entregaron las notas al alumnado de Secundaria e inmediatamente después, el lunes 11, ya se dio un alto nivel de absentismo en los centros educativos que, según diversos datos recogidos de las AMPAs, se calcula en aproximadamente, un 85% entre el alumnado total que ha aprobado todo en la convocatoria ordinaria.

 En esos días, los que habían aprobado todo tenían que acudir a distintas actividades alternativas que no repercuten en la nota final; mientras, quienes habían suspendido alguna materia afrontarían  clases de refuerzo para tener opciones de recuperar las asignaturas.

Cada centro ha impuesto sus propias directrices sin una planificación más concreta por parte de la Consejería. El tiempo para el alumnado que ha suspendido alguna materia era claramente insuficiente para una correcta preparación y recuperación, al mismo tiempo, los centros no han programado unas actividades claras que motiven al alumnado aprobado, provocando que éstos hayan comenzado a no asistir a los institutos.

Cuando se redacta el calendario escolar hay un mínimo de 175 jornadas lectivas obligatorias que se deben cumplir, tanto por parte del profesorado como del alumnado, siendo el centro educativo correspondiente el obligado para que ello se cumpla. Año tras año vemos que este mínimo de jornadas no se cumple y que el alumnado termina antes de lo que corresponde. La inacción de la Consejería de Educación no se ha enfrentado al problema. Educación debe dotar a los centros de los recursos humanos necesarios para que se pueda cumplir con el calendario escolar que ella misma redacta y obliga a cumplir a los centros educativos. La comunidad educativa y los padres desean que se incorpore antes que pronto el método de la evaluación continua. Ésta permite al profesor manejar las diferencias entre los alumnos en una sala de clases. Exige que los profesores no solo "evalúen al final del proceso de aprendizaje la asimilación de conocimientos y el desarrollo de competencias por parte de los estudiantes, sino que, a lo largo del curso deben proponer una cierta periodicidad de actividades, de carácter evaluable, que faciliten la asimilación y el desarrollo progresivos de los contenidos de la materia y de las competencias que deben alcanzarse.

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